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viernes, 30 de septiembre de 2011

LA ESPAÑA INDUSTRIAL, una empresa que enriqueció a Barcelona

“La España Industrial” fue durante décadas la fábrica más grande de España. En ella participó como accionista una gran parte de la burguesía catalana. Contribuyó a que Barcelona fuese a principios del siglo XX la mayor ciudad de España y la más rica.
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                     Pintura de “La España Industrial”, de José M.ª Llobet, 1947 (fragmento)
Dice Carles Carreras i Verdaguer, vicerrector de la UB, en su libro SANTS:
"No hi ha història econòmica o industrial de Catalunya que no la posi com a exemple, que no s’il·lustri amb alguna de les seves imatges. “La España Industrial” és la peça clau de la història i de l’evolució de Sants i és la peça clau de la història i de l’evolució de l’economia catalana."
La España Industrial,  Sociedada Anónima Fabril y Mercantil  se constituyó en Madrid en 1847 por iniciativa de los hermanos Muntadas i Campeny, que pertenecían a una familia igualadina dedicada a la actividad textil. La empresa Muntadas Hnos. había establecido en 1841 un almacén comercial en Madrid, que convirtieron en un centro de redistribución a otras regiones. Su presencia en la capital de España, junto con el arancel proteccionista vigente, facilitó la aparición de la compañía. 
En la creación de la primera empresa textil algodonera por acciones de España intervino también el Instituto Industrial de España, entidad que se había propuesto, con escaso éxito, impulsar la industrialización del país. Aunque Muntadas Hnos. fue el principal accionista, participaron también importantes personalidades, como Pascual Madoz y Buenaventura Carles Aribau ,fundadores del Instituto, y  otros eminentes políticos y financieros incluyendo al tesorero de la reina. 
En un principio, el objetivo era establecerse en varias provincias de España comenzando por construir una fábrica en Alhama de Aragón, donde uno de los hermanos Muntadas había comprado el Monasterio de Piedra aprovechando la desamortización de bienes eclesiásticos. Pero finalmente se construyó una sola gran fábrica en los terrenos que los Muntadas tenían en el municipio de Sants, junto a Barcelona.
Un año antes, también en Sants, Joan Güell había iniciado la gran era industrial del vapor al poner en marcha su fábrica textil, que pasó a conocerse como Vapor Vell cuando se montó la España Industrial, mucho mayor, y a la que llamaban Vapor Nou.
El desarrollo industrial transformó a Sants incluso más que a otras poblaciones del entorno de Barcelona. Pasó de 2.300 habitantes en 1840 a 30.000 en 1887, año de su fusión con Barcelona que llegó a 500.000. En 1930, Barcelona sobrepasó el millón y se convirtió en la capital más poblada, avanzada y rica de España; Sants tenía entonces 70.000 habitantes y se la llamaba “la barriada populosa”.  
                                               Vista de la fábrica a finales del siglo XIX
La España Industrial tuvo su sede central en Madrid hasta que en 1851 se trasladó a Barcelona, a la Plaza de Urquinaona, en el lugar que ahora ocupa un edificio de 22 plantas. Sus acciones estaban muy cotizadas en la bolsa de Barcelona.
La fábrica se equipó con la maquinaria más moderna importada de Inglaterra y Francia. Al principio muchos de sus empleados más expertos eran también de esos países. 
La familia Muntadas la dirigió viviendo en ella y algunos de sus hijos nacieron allí. Aunque tuvo también problemas sociales, sobre todo al principio con la introducción de las máquinas automáticas llamadas selfactinas, fueron mínimos comparados con otras empresas. 
Los Muntadas practicaron el paternalismo, que caracterizó siempre a la empresa, dotándola de toda clase de equipamientos para sus trabajadores: guardería, comedor social, instalaciones deportivas, etc.
                                         Sala de telares inaugurada en 1928
 Imagen de marca de la empresa en 1929:

 Imagen de marca de la empresa en 1931:
Durante la II República la empresa creció y se expansionó, comprando una fábrica en Sabadell y otra en Valencia. En 1937 fue colectivizada hasta el fin de la guerra, siendo luego recuperada por sus propietarios.  
Una anécdota curiosa es que el equipo de fútbol de la Sección de Deportes de la empresa, fundado en 1934 con su nombre, jugó en la Liga Española como filial del Barça desde 1951 hasta 1956, en el que se independizó de ese equipo para poder jugar en Primera División con el nombre de Club Deportivo Condal. Finalmente, en 1971, se fusionó con el Atlético Cataluña para formar el Barcelona Atlético, que pasó a ser el primer filial del FC Barcelona.
Debido a la crisis del sector textil en 1969 se cerró la fábrica de Sants. En 1972 la empresa trasladó su producción a Mollet del Vallés, donde permaneció hasta su cierre definitivo en 1981.
En 1985, después de varias reivindicaciones vecinales, el solar de la antigua fábrica se convirtió en un complejo de viviendas y en un gran parque que lleva el nombre de Parc de l’Espanya Industrial
Como señala Carles Carreras i Verdaguer, la acción de los vecinos consistió en impugnar el plan aprobado por la comisión de urbanismo de Barcelona, que en 1969 preveía la urbanización completa del solar. En aquel tiempo, los planes de las capitales de provincia tenían que ser aprobados en Madrid, y los vecinos consiguieron que fuera anulado legalmente. El propietario acudió al Supremo, pero éste ratificó la anulación. 
Una vez más, como en el caso del Plan del Ensanche de Cerdà, el poder central lejano defendió los intereses de todos los ciudadanos y de la cuidad, frente al poder local que defendía los de los particulares y especuladores.  
El parque es una maravilla. Además, conserva parte de las antiguas instalaciones, como la puerta, la guardería, el edificio central llamado Casa del Mig y la arboleda de plátanos. En 1992 se construyó un polideportivo municipal para alojar las pruebas de halterofilia de los JJ.OO.


El gran desarrollo de la industria y el comercio en Catalunya fue posible porque formaba parte de España, y se realizó utilizando la lengua común de todos los españoles y muchos americanos. El proteccionismo del Estado español favoreció a la industria catalana, que además absorbió capitales generados por la agricultura en todo el país. Separada por una frontera, Barcelona no se habría convertido en una gran ciudad, continuaría siendo más pequeña que Valencia, como en 1714.

Los insultos de López Tena y su partido separatista a España son también un insulto a los hombres que hicieron grande a Catalunya y a España, como los hermanos Muntadas, emprendedores que crearon La España Industrial.

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